A LAS MADRES CRISTIANAS
¿Qué es la santidad? Como la de toda palabra sencilla, es difícil encontrar su definición. El público en general, y aun los mismos cristianos, se contentan con tener de ella una vaga noción, lo conceptúan como algo excepcional, en la categoría de las hazañas heroicas, o una cosa así como las pruebas de atletismo o como la ejecución de una obra maestra. Llama la atención que San Francisco de Sales, al escribir un verdadero Manual de la Santidad para las personas de su tiempo, le diera de intento y sin duda para mitigar el escándalo, el sencillo título, Introducción a la Vida Devota. Se nos podrá presentar, es verdad, innumerables "tratados de perfección cristiana", "manuales de vida interior", "catecismos espirituales", pero nadie se atrevería a ofrecer, en doscientas o trescientas páginas, un tratado tan completo sobre la santidad, con indicación del autor, editor y precio de la obra. Sin duda, porque la santidad no es únicamente una sabiduría que pueda aprenderse por la buena lectura. En la obra de la santidad somos dos, y el segundo o mejor dicho el primero, es aquel Espíritu de quien el Señor dijo que es como el soplo de la brisa nocturna, que no acostumbra ir por la huella de los caminos.
Santa Perpetua era santa y sin embargo se la venera como mártir. Santa Mónica, Santa Juana de Chantal son dos viudas. Una inmensa legión de nuestras santas cristianas son vírgenes. Aquí, por primera vez, en la buena y modesta Taigi, vemos asociarse la santidad con la simple vocación de esposa y madre. Y no es ciertamente la gloria del marido la que hace resplandecer a su mujer; como tampoco son los hijos gloriosos los que exaltan el nombre de su madre. No, todo lo que la Iglesia ha querido reconocer como santidad eminente es sencillamente el conjunto de virtudes de una mujer casada, honesta y valiente, agobiada por los múltiples cuidados de un hogar y de una familia.
ÍNDICE
Bibliografía y fuentes
I. Lo que Roma
y el mundo contemporáneo han visto... Una página de Louis Veuillot
II.
La misión de la Beata Ana María Taigi
III.
-Los Orígenes. - Los Giannetti, burgueses de Siena
IV.
A. Anita ama de casa y aprendiza, 1781
V.
Los esponsales y el casamiento de Ana Taigi
VI.
La conversión. - Primeras ansiedades
VII. Ana María
es recibida en la Tercera Orden de la Santísima Trinidad.
SEGUNDA PARTE
I.
A. La piedad filial de Ana
II.
A. Ana María, la mamá perfecta
III.
A. El camino real de la Cruz
IV.
A. Conversatio in coelis - La fe de la
Beata
V. -La
esperanza triunfante. - Pobreza y desprendimiento
VI.
A. Caridad. – Éxtasis
VII.
A. El corazón de una santa. Caridad por las almas del purgatório
VIII. A. Caridad universal - Poder de curar las enfermedades corporales
TERCERA PARTE
I.
-La misión de la Beata
II.
A. Crucificada por la salvación de las almas y el triunfo de la Iglesia
III.
A. El sol misterioso
IV.
-La que venció a Napoleón I y consoló a la madre de los reyes
V.
A. Últimas purificaciones
VI.
-El Mensaje de la Beata Ana María Taigi al siglo XX
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