Los
Seis Libros de San Juan Crisóstomo
Seis Libros de San Juan Crisóstomo
Traducidos en lengua vulgar e
ilustrados con notas críticas por el Padre Felipe Scío de San Miguel de las Escuelas Pías
Con las licencias necesarias en Madrid:
En la imprenta de Pedro Marín
Año de MDCCLXXIII
En la imprenta de Pedro Marín
Año de MDCCLXXIII
Los libros que escribió San Juan Crisóstomo sobre el sacerdocio han sido mirados siempre como la obra más sobresaliente entre todas las que nos han quedado suyas, y que no dejan que añadir a los que han tratado después esta materia. Dispuestos en forma de diálogo, nos ponen delante las graves razones y fundamentos que tuvo el santo para huir de la dignidad episcopal; y al mismo tiempo, una pintura muy acabada, en la que se registra la perfección altísima que pide el estado sacerdotal, y el gravísimo peso, que ponen sobre sus hombros, los que se encargan del gobierno de las almas. A la vista pues de esta, será sin duda muy grande nuestra confusión, si para poner un velo a nuestros descuidos pretendemos recurrir a que el santo la hizo siguiendo las trazas de una exageración retórica, y sin ser penetrado de los mismos sentimientos. Pero el que atendiere a lo que ejecutó después de promovido al sacerdocio, y al modo con que desempeñó el ministerio episcopal, hallará que sus acciones fueron en todo conformes a lo que dejó escrito y que debían practicarse por los buenos eclesiásticos y prelados; y por consiguiente, que no nos queda pretexto alguno con qué poder dar color a nuestra desidia.
Dignos son, por tanto, de que continuamente los registremos, y de que por ellos observemos qué es lo que tenemos y qué nos falta para formar en nuestras almas una imagen digna del celestial Esposo; dignos de que no los pierdan de vista los que han de dar cuenta a Dios de su ministerio y empleo, por las obligaciones que aquí se representan; dignos de que todos los prelados de la Iglesia se apliquen con el mayor desvelo a que con la continua meditación los conviertan en jugo y sangre los que han de responder a los cargos de un ministerio temible aun a las mismas angélicas potestades; dignos, finalmente, de que con la más atenta y seria reflexión los revuelvan y pesen aquéllos a quienes está confiado el proveer la Iglesia de sujetos útiles, estando asegurados de que encontrarán aquí notados por menor, como en una cumplida, y exacta carta de navegar, todos los escollos en que pueden tropezar; y al mismo tiempo, los rumbos y dirección que deben seguir para su elección, y aprobación. Que la reforma de una comunidad, de un pueblo, de un reino, y de todo el mundo dependa de la bondad, y rectitud de costumbres que se noten en las personas de los prelados y eclesiásticos destinados para su instrucción es doctrina común entre todos los Padres y Doctores de la Iglesia; porque mirándose todos en ellos, como en un ejemplar, según el cual han de dirigir sus acciones, creen lícitas aquéllas que ven practicadas, aplaudidas y aun disimuladas por estos. Igualmente lo es que para la reforma del clero y del estado eclesiástico, contribuyen únicamente el discernimiento y rectitud de los que proponen, consultan, y hacen la elección para las prelacías, prebendas y beneficios eclesiásticos. El prelado (dice admirablemente nuestro santo), por cuya culpa se perdiere el rebaño de Jesucristo, responderá por los pecados de aquéllos que se perdieron por su causa; pero los electores responderán por los de éstos, y no menos por las culpas, y errores del prelado. Un mal eclesiástico, que con sus procederes indignos y vida licenciosa escandaliza a los otros, dará cuenta de los escándalos y de la ruina que ocasiona con su mal ejemplo; pero el prelado queda sujeto a la pena que corresponde a todos aquellos escándalos, y también a la de haber elegido y ordenado a un indigno. Para todos proporciona remedio nuestro santo ofreciendo una pauta por la cual deban arreglar sus pensamientos y acciones, tanto los electores, para que conozcan y examinen bien las costumbres de los que han de elegir, como los elegidos, para que entren en el conocimiento de sí mismos; y haciendo prueba de sus fuerzas, vean si pueden mantener, o no, tan grave peso.
6 comentários:
+ Ave Maria!
Será que o sr poderia disponibilizar outros livros de Santa Joana d'Arc pra mim? O que tem aqui no blog já baixei e já li, e lhe sou muito grata por ter disponibilizado, mas eu quereria outros, estou apaixonada por essa Santa e ela está presente nesse tempo que estou vivendo... Desde de já Deus lhe pague.
Yasmin Alencar
Olá, como você sabe, gosto imensamente deste seu blog, mas queria lhe dar uma sugestão. Ao lado de comunicado, onde ficam as páginas, coloque a palavra INICIO, pois às vezes vou a algum lugar deste site e fica difícil voltar para a página inicial.
Abraços e uma ótima quaresma.
Monique.
Olá, Monique!
Toda vez que você clicar lá no título do blog (Livros Católicos para Download), você é direcionada para o início do blog, ok?
Agradeço a sugestão e vou pensar em algo, pois se eu coloco a palavra INÍCIO a tabela fica desproporcional :-(
Saudações!
Yasmin, tenho um outro livro dela sim bem simples, mas preciso digitalizar, assim que possível farei isto, mas talvez demore um pouco...
Saudações!
Olá, ficou ótimo o INICIO, pois eu sabia que clicando no titulo eu ia para o inicio, mas nem sempre a "mãozinha" aparecia e então não conseguia voltar.
Obrigada e que Deus te abençoe (não vou ficar chateada se mudar de ideia sobre o que sugeri).
Monique.
Ah, Monique, pretendo deixar assim mesmo como fiocu, mudei e coube tudo na mesma linha :-)
Saudações!
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Em breve lhe darei um retorno, porém se o seu comentário for ofensivo infelizmente terá que ser ignorado, pois aqui não é local para ataques aos ensinamentos seculares da Santa Igreja Católica Apostólica Romana. Aqui o leitor pode estudar para conhecer a beleza e sabedoria do Catolicismo. Salve Maria!